martes, septiembre 7

Angel Beats!, tactical facepalm.

Agradezco que de vez en cuando una serie sea lo suficientemente ambiciosa como para atreverse a innovar, moviéndose entre los terrenos que nos gustan a los adultos, que en este caso suelen ser el misterio y el drama. Claro que, esto provoca prominentes desastres como Ookami Kakushi, un espejismo que quiere resultar profundo y siniestro olvidándose del argumento.

Angel Beats! es una serie raruna, posiblemente fruto de la resaca de Lost, que combina drama con algo de misterio y comedia. Toda una macedonia esa. El drama no siempre está conseguido y creo que sólo me he reído una vez en toda la serie, pero bueno. No es que la serie sea desagradable, pero tiene mucho relleno y poca consistencia; lo que no evita que te enganche.

De entrada tenemos un limbo al que van las almas de los muertos, con forma de instituto japonés, en el que un grupo de personas se rebelan contra los designios de Dios, personificados por Tenshi, la presidenta del Consejo Estudiantil que parece un Terminator en forma de chica de pelo blanco y metro cincuenta. Bueno, esto que puede parecer la repanocha no es en realidad nada nuevo. La serie no destaca a nivel de trasfondo por cuanto lo que te cuentan que está pasando cambia a cada capítulo. A eso hay que sumar los rodeos innecesarios que da el guión para crear algunas situaciones (¿por qué puñetas Otonashi tiene que inventar un plan de cagarse sólo para quedarse a solas con Yui?), el excesivo protagonismo de Yurippe cuando tiene carisma cero, y personajes que aportan poco (como Iwasawa, un capítulo entero para contar una historia mediocre de un personaje segundón).

Al acabar la serie uno tiene sentimientos encontrados, por un lado hay cosas lo bastante buenas como para provocar sensaciones a favor, y por otro es lógico pensar en que todo lo que ha pasado es una tomadura de pelo. Sí, las cosas quedan más o menos claras, pero quedan gazapos, cabos sueltos y paradojas en la trama, consecuencia de los continuos y poco afortunados bandazos del guión. ¿Para crear expectación? En este caso le hacen un flaco favor a la serie.

Como buenas vibraciones puedo citar la historia de Otonashi y el capítulo de Yui, lo malo es que son pequeños islotes en un océano de indiferencia... o confusión. Si las partes de comedia no destacan, y las batallas no son demasiado trepidantes, entonces nos queda el drama. Del cual se puede rescatar menos de la mitad de lo que nos presentan; si encima contamos que ocupa una pequeña (pero regular) parte de la serie, veremos rápidamente que hay mucho que desechar.

Vamos, que Angel Beats! no es una maravilla, ni la nueva revolución del anime. Es una serie un tanto intrascendente que sin embargo brilla entre todos sus errores de manera que al final resulta agradable de ver. Eso sí, los que esperéis una trama supercurrada os llevaréis las manos a la cabeza. Sin embargo, algunos personajes causan buena impresión.

Tenshi logra hacer que la serie gane muchos enteros en cuanto adquiere protagonsimo. No es que me apasionen las kuudere que digamos pero esta es sinceramente carismática, es raro que un personaje que apenas transmite emociones al hablar y al moverse pueda hacer que te identifiques tanto. Entre ella y Yurippe está claro a quién hay que elegir.

Yui era un personaje segundón hasta que te cuentan su historia, con lo cual adquiere nuevas dimensiones de abrazabilidad y lolismo. Un capítulo redondo por el que se la recordará.

Otonashi hacía el papel de Jack, el que se arremanga para averiguar qué narices pasa y cómo poder ayudar a los implicados. Su historia, si bien algo forzada (ya veréis), es aceptable y define mejor al personaje, que al principio no sabes muy bien por dónde cogerle. Está por encima del promedio de protagonistas masculinos, que no me suele gustar ninguno.

Valoración final 5/10.

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